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La inmortal de zugzwag, sin duda una de las mejores partidas de todos los tiempos. Aron Nimzowitsch sencillamente asfixio al alemán Seamich, un autentico estrangulamiento la forma magistral en la que Nimzowitsch condujo las piezas negras y que dejó sin ninguna posibilidad a las blancas de hacer ninguna jugada, ya que cualquiera que jugaran llevaría a la derrota.
Cuando Seamich paró el reloj la mayoría de los aficionados y jugadores profesionales que veían el encuentro pensaron que se había acordado tablas, en vista que el alemán tenía una pieza de ventaja, pero el propio Seamich se encargo de demostrar que cualquier jugada que hiciera lo conduciría a la derrota.
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