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Mucha gente suele hablar más de los abogados sin conocer la integridad y honestidad de los profesionales del derecho, personas estudiosas que buscan solucionar los problemas sin hacerle daño a nadie. Los abogados se compartan Como establece el precepto de Ulpiano: Vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada uno lo que le corresponda".
¿Y entonces por qué los abogados tienen tan mala fama? El error de la gente en la apreciación de los abogados es que confunden al rábula que es aquel abogado indocto, charlatán y vocinglero que no hace sino gritar y decir frases de derecho, pero jamás estudia ni se actualiza, lo de el es demostrar sabiduría, pero no profundiza en el derecho y por tal motivo actúa de forma muy deficiente en la defensa de los intereses jurídicos de sus clientes.
Por otra parte esta el leguleyo, que es aquel abogado que tramposo, enredador de los juicios, mentiroso, ladrón, falsificador, dilatador de los procesos, en fin, todo un personaje.
El rábula y el leguleyo son los que dañan a gremio de abogados de cualquier país, pero no son iguales, el rábula no estudia nada ni se actualiza por lo que suele robar a sus clientes con pésimos resultados en los juicios, por el contrario, el leguleyo si es estudioso del derecho, pero utiliza sus conocimientos para enredar todo y darle la vuelta a los casos que son a claras luces sencillos, los transforma en auténticos juicios interminables.
Comentarios
Saludos amigos y amigas, un abrazo.
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