LA INHABILITACIÓN POLÍTICA Y EL LLAMADO A LA ABSTENCIÓN Por Arturo Molina

EL AGUIJÓN



La participación ciudadana es fundamental para alcanzar acuerdos que permitan la sana convivencia social. La elección de los gobernantes es la vía para que las personas manifiesten su voluntad, seleccionando a quienes consideren los más aptos para ocupar los cargos es disputa. Lamentablemente las estrategias desestimulantes apuntan a crear en los electores la desmotivación a la participación. En Venezuela ha sido esa postura una retórica permanente de los factores que alcanzaron a polarizar la opinión pública. Un sector de la oposición lo hace con el llamado a la abstención, y el oficialismo les apuesta a las inhabilitaciones para mantener el malestar social hacia las urnas electorales. Así se mantienen en el poder. Son minoría, pero gobiernan. Cuando la oposición ha tenido mayoría parlamentaria se ha enfrascado en peleas estériles, y no ha promovido lo sustancial, por solo dar un ejemplo, acordar y aprobar la doble vuelta electoral para elegir al presidente de la república.

Las inhabilitaciones muestran las costuras del temor que tienen los gobernantes al sentir que van a ser desplazados del poder. Lo activan con cualquiera que le genere esa metralla ruidosa al oído en el momento que se haga popular o vistoso a los ciudadanos. Las organizaciones políticas han sido blanco de esos disparos, al igual que las Organizaciones no Gubernamentales (ONG), y representantes de la sociedad no partidista, o mejor, los llamados independientes. La manera que concibe el régimen para alejar del activismo político a los ciudadanos es mediante la siembra del terror, que la han mostrado con diferentes nombres, el último la llaman la furia bolivariana. Es como las marcas que hacen los antisociales a las viviendas para ir en horas nocturnas, o de soledad, a sustraer los bienes que allí reposan. En el caso que nos ocupa, lo hacen para indicar que serán agredidos.

Las inhabilitaciones políticas que generan desde el gobierno no van a impedir que los venezolanos participen en las elecciones que deben realizarse para seleccionar el nuevo presidente de la república en el 2024. La decisión está sobre la mesa. El destino del país no puede seguir en manos de sus destructores. El diálogo debe continuar en los factores de oposición para alcanzar candidatura que represente el sentido de cambio, sin firmar cheques en blanco. Retomar la política haciendo política con estrategia. Dando los pasos de forma coherente y contundente. Democratizar las decisiones pasa por mostrar con hechos esa posibilidad, con desprendimiento. Los caudillos hay que sacarlos del juego político. Le han hecho y siguen haciendo daño a las instituciones partidistas y a la democracia. Cuando un gobernante inhabilita a sus oponentes políticos y los trata como enemigos por el hecho de no compartir sus ideas, está manipulando el sistema democrático y negando a los ciudadanos la oportunidad de elegir libremente a sus representantes. Reprime las ideas, atenta contra el conocimiento y la libertad que oxigena la pluralidad. Igual de dañina es la abstención.

Arturo Molina

Arturo Molina es educador y político venezolano. Conduce el programa de radio Verdades y Visiones por Éxtasis 97,7 FM (Táchira Venezuela) Para más información del autor pincha en los siguientes enlaces:

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